El padre Ángel (Mieres, 1937) perdió sus apellidos hace mucho tiempo. Son las nueve de la noche en 
el Robin Hood,
 la taberna donde el sin techo puede sentarse a la mesa y pagar con una 
sonrisa. “Adiós, padre”, cada vez que se abre la puerta. Entonces 
aquello de Ángel también se torna residual, casi nadie lo utiliza.
Ángel García Rodríguez fundó Mensajeros de la Paz en 1962. 
Cincuenta años después es el cura mediático, el que bendice a los 
homosexuales recién casados, el tipo de traje y pelo tan blanco como 
frondoso que ha convertido su parroquia en una casa de acogida con baño y
 wifi; incluso final de la Champions en pantalla gigante si se tercia.
Otea el Congreso, tutea a los presidentes y abraza a los 
borbones. Desde don Juan hasta Felipe VI. “Los sacerdotes debemos decir a
 quién votamos”, reitera antes de asegurar que va a contestar a todo. 
Ave María Purísima. Aunque siempre con una coletilla, casi un susurro: 
“Quizá esto que voy a decir sea una barbaridad, yo no entiendo de 
política”. Que voten los niños y que PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos 
gobiernen juntos son algunas de sus propuestas celestiales. Jesús, mejor
 que mire desde arriba. “Menos mal que nació hace 2.000 años. Ahora lo 
hubieran matado los curas, los obispos y los políticos antes de cumplir 
los treinta”.
Padre, siempre lleva dos móviles a mano.
¡Y un montón de baterías para recargarlos!
¿Es raro en un sacerdote?
Algunos renuncian y dicen que no lo usan, pero eso hoy día 
es como decir que uno no utiliza el bolígrafo. Pies en la tierra y 
teléfono, por supuesto.
¿Algo de vicio? Redes sociales, noticias…
Vicio es comer, vestir bien, tener buenos amigos, tomar 
copas, jugar al tute… Pero todo esto también es virtud. Incluso fumar es
 virtud si se trata de puros. Siempre quise fumarlos. Ese olor de cuando
 era niño… Me sabía a gloria.
¿Dónde está Dios?
Se lo preguntaron a Teresa de Jesús y contestó muy bien: 
“¡Hasta en los pucheros!”. Y no porque quisiera que Dios se quemase -se 
ríe-. Lo veo en todas partes, especialmente en los hombres.
¿En qué lugares lo echa de menos?
No le echo de menos. Es verdad que a veces uno se pregunta 
dónde está Dios cuando muere un niño enfermo, hay un atentado o un 
terremoto mata a miles de personas. También se lo pregunta el papa, 
incluso Jesús en el huerto de Getsemaní… A veces eché a Dios la culpa de
 los desastres naturales, pero dejé de hacerlo. Dios no puede ser malo, 
de verdad.
Pero, ¿entiende a quien clama contra Dios cuando suceden estas cosas?
Yo me lo pregunto también, pero ¿por qué no preguntamos 
dónde estaba en ese momento el cura, el obispo o el político de turno? 
Además, ¿quién soy yo para preguntar dónde está Dios? Ese es el 
problema, a veces nos creemos dioses.
 
      
  
El padre Ángel, durante la entrevista.
        
                    Jorge Barreno
        
        
            
 
¿También se aloja Dios en La Moncloa?
Allí no sólo hay demonios, también está Dios. Pero también en la sede de Podemos, la del PSOE, en Ciudadanos…
¿En casa del presidente quién gana? ¿Dioses o demonios?
Dios. Hay más gente buena que mala. No lo dudo. Lo que pasa 
es que cuando el hombre muerde al perro es noticia, pero no al revés.
¿Y en el Congreso?
Ahí, como están todos, seguro que el diablo pierde. Dios, 
desde la tribuna, seguro que se pregunta: “Pero, ¿estos a qué se 
dedican? ¿Por qué hay escaños vacíos? ¿Qué hacen jugando con el móvil o 
leyendo el periódico? ¿Por qué se autodenominan excelencias?”. Yo 
también me lo pregunto.
¿España es cada vez más laica?
Al revés, cada vez más religiosa.
¿De verdad lo cree?
Sí, lo que pasa es que lo disimulamos. Todos tenemos un 
Dios, un mito o alguien a quien agarrarnos. El hombre, en su esencia, es
 religioso. Igual que en la sangre llevamos querer conocer, tendemos a 
creer. Unos lo llaman Dios, otros Yahvé… Es muy difícil encontrar a 
alguien que no crea en nada.
¿Por qué lo disimulamos?
Muchos tienen pudor y creen que tener fe está pasado de 
moda. En España algunos presumieron mucho de creer y luego no actuaron 
conforme a ello.
¿Cuál es el problema más grave de los españoles?
La soledad, muy por encima del hambre o los malos políticos.
Convive con mucha gente sin techo. ¿El problema de los españoles es que no todos tenemos el mismo problema?
No somos iguales por mucho que la Constitución lo diga, es verdad.
Esto del Robin Hood, de dar de comer al drogadicto, al mendigo… ¿Se siente un Quijote en la Iglesia?
Trato de tener sentido común y mantener los pies en la 
tierra. No hago nada raro. Sólo pido que me respeten, como yo intento 
hacer con los demás. Algunos encuentran un frente para criticar cuando 
ven que en nuestra parroquia se puede tomar café, usar wifi o ir al 
baño.
Sale mucho en los medios. Le acusan de ser puro marketing, de banalizar el mensaje cristiano.
Sus razones tendrán. Creo que sé lo que hago. A veces es un 
sacrificio ir a tantos sitios, pero siempre que uno pueda transmitir su 
mensaje, siendo bueno, conviene hacerlo. Si ellos pudieran, lo harían. 
Nunca he ido a un plató a maldecir o a hablar mal de alguien. Tampoco 
aparezco para pedir que la Iglesia condene a los homosexuales. Les 
molesta que piense y actúe como ellos.
¿Teme haber incurrido en esa banalización del mensaje?
Quizá sí…. Cuando hablas desde el corazón y sin pensar, cabe esa posibilidad.
 
      
  
El padre Ángel, a punto de coger el coche.
        
                    Jorge Barreno
        
        
            
 
Hay quien dice que usted casa homosexuales.
Es mentira. No les he casado porque la doctrina de la 
Iglesia no lo permite. Pero si acuden a mí dos personas del mismo sexo 
que se han casado por lo civil, 
les bendigo encantado. ¿Cómo no voy a hacerlo?
¿Le ha traído problemas?
Sí. Algunos hasta se inventan que he organizado besos 
colectivos… Nada más lejos de la realidad. Cuando celebro misa lo hago 
con todos los sacramentos, incluso el lavado de manos, que no es 
obligatorio. Nunca pregunto al que entra en la iglesia por su 
orientación política o sexual. Me da igual que sea el rey, uno de 
Podemos o un homosexual.
¿Le gustaría que la Iglesia permitiera casarse a los homosexuales?
¿Quién soy yo para pedir eso? A mí me encanta que la Iglesia
 no les repugne ni los condene. Eso ya es un gran paso. Lo de casarse… 
La Iglesia puso unas normas, las suyas, pero no puede oponerse al 
matrimonio por lo civil entre personas del mismo sexo. Cuando se quejan 
de eso les digo en broma que vayan a quejarse al rey, que firmó el texto
 legislativo.
¿Pero a usted le gustaría que la Iglesia lo permitiera?
Cuando me hacen esta pregunta, bromeo con el voto de 
disciplina de los partidos políticos. Los curas deberíamos tener el 
nuestro, aunque ahora, después de lo del PSOE, este argumento ya no me 
vale… No tengo poder para pedir eso, pero sí puedo bendecirlos y evitar 
su condena.
Venía dándole vueltas al nombre del restaurante que 
acaba de inaugurar: Robin Hood. Cuando Pablo Iglesias comenzó a ir a las
 tertulias, le llamaban así. Le acusaban de querer robar a los ricos 
para dárselo a los pobres.
Ya me acuerdo. Sé que el nombre tiene su enjundia. Pero aquí
 no se roba a los ricos. Quien tiene mucho comparte con quien tiene 
poco, nada más. Ni siquiera pedimos propina.
¿Qué le parece que Podemos se arrogue estar más cerca del pueblo que el resto?
Hace años, cuando empezó Podemos, me preguntaron por 
Iglesias. Dije: “No es el diablo, aunque algunos lo creen”. Y lo sigo 
diciendo. Yo no soy de Podemos, pero en honor a la verdad diré que 
Iglesias ha sido el puntal de la regeneración política de este país. Ha 
logrado que la clase política reaccione y se rehabilite. Creo que eso lo
 debería reconocer hasta el más 
pepero, también Rajoy. Ha revolucionado la política y hay que agradecérselo. Podemos no es el demonio ni el desastre.
Más allá de la caridad que usted practica, ¿qué políticas concretas pueden combatir con éxito la pobreza?
Mientras no se encuentre pan y trabajo para todos, no habrá 
bienestar social. El bienestar no son los cuatrocientos euros al mes, 
sino que cada uno pueda ganarse la comida con el sudor de su frente.
Pero, ¿qué medida concreta le aconsejaría a un político?
Les diría que fueran un día al metro en silla de ruedas o 
con una venda en los ojos. O que pasaran un par de días sin comer. Sin 
luz en casa… Que se pongan en el lugar del resto. El problema de 
nuestros políticos es que no están ilusionados, son unos tíos tan 
tristes… Creen que les ha caído una gorda encima, cuando en realidad han
 sido ellos quienes se lo han buscado, incluso han pagado dinero por 
ello. Algunos andan hasta encorvados. Poco queda de la alegría y el 
liderazgo de Suárez y Felipe.
Suele decir que anima a los malos políticos a irse a casa. ¿Rajoy debería haberse ido tras sus SMS a Bárcenas?
A Rajoy le metieron un gol como una catedral. Creo que fue 
honesto porque pidió perdón. De eso ya nos hemos olvidado, pero yo lo 
valoré muchísimo, tanto incluso como para no exigir su dimisión. Cada 
uno sabe cuál es su culpa. ¿Yo hubiera dimitido? No lo sé.
¿Entre los curas también se ha extendido ese ‘boom’ de la política? ¿Utilizan términos como ‘sorpasso’ o ‘populismo’?
Voy a decirte una barbaridad. Creo que los curas no hablamos
 de política y tendríamos que hacerlo. Conocí unos sacerdotes que fueron
 a la cárcel de Zamora por hacer política durante el franquismo. Claro 
que debemos hablar de política, no somos tontos, vivimos en la tierra. 
Es más, tendríamos que decir a quién votamos. No es ningún pecado. Nos 
escondemos como si debiéramos ser de todos, por encima del bien y del 
mal. Si el alcalde es malo, el cura debe decirlo.
¿Usted a quién vota?
Ya lo he dicho muchas veces. Además, se me nota.
Tira la piedra y esconde la mano.
Si pudiera, votaría a los comunistas de mi pueblo, no a los 
de ahora. Como estoy mal formado, voto a los amigos. He apoyado a 
Suárez, a Felipe, a Aznar, a Zapatero…
¿Ha votado a todos los presidentes? ¿A Rajoy también?
Sí, a Rajoy también. Cuando coinciden las municipales, las 
autonómicas y las generales procuro repartir mi voto por aquello de la 
deformación profesional de la que te hablaba. Pero ya digo, voto a mis 
amigos. Si he votado a Cifuentes es por eso, no porque yo sea del PP.
En las últimas elecciones, ¿a España le convenía mantener a Rajoy?
Nos convenía una gran coalición a la alemana.
Pero, ¿con el mismo líder?
Cambiándolo cada año. Se podían haber puesto de acuerdo. 
Aunque, de verdad, no me hagas mucho caso porque yo no sé de política y 
quizá esto que estoy diciendo sea un desastre. Pero, ¿por qué no?
En una reunión con Rajoy, ¿qué le pediría?
Que escuchase a la gente y que dialogara con el diferente. 
Se cayó de la burra, pero ahora, al ser investido, se ha dado cuenta de 
que tiene que dialogar.
 
      
  
En el Robin Food, el sin techo puede comer gratis.
        
                    Jorge Barreno
        
        
            
 
Hablemos del PSOE. ¿Pedro Sánchez es su Abel?
A Pedro lo quiero mucho, nos tuteamos. Sí, ha sido el Abel 
del PSOE. Lo han matado sus hermanos. En política, a veces pasa. Si 
empezara de nuevo, estoy seguro de que lo haría de otra forma.
¿Qué le falló?
Las medidas. Le falló ser demasiado honrado. Quiso ser PSOE 
de verdad y no renunciar a ello. Podía haber sido vicepresidente, pero 
se sacrificó por su causa y no le sirvió de nada.
¿Debería haber dicho sí a Rajoy?
Me hubiera gustado que gobernaran juntos, aunque de verdad, 
esto igual es otra barbaridad… Pero me hubiera encantado. ¿Qué voy a 
decir? ¡Si yo quiero un gobierno a cuatro!
Hemos hablado de Rajoy, Sánchez e Iglesias. ¿Qué me dice de Albert Rivera?
Es una esperanza. Hay que esperar y dejarle estar en retaguardia.
¿Se imagina a Jesús en 2016?
No hubiera cumplido ni los treinta, lo hubiesen matado mucho
 antes. Tuvo la suerte de nacer hace 2.000 años. Si llegara ahora, los 
obispos, los curas y los políticos lo matarían. Imagínate qué escándalo 
si dice que las prostitutas son las primeras que entrarán en el reino de
 los cielos o que los pobres son el tesoro de la Iglesia. Lo matarían.
¿La política es cainita?
Como cualquier otra disciplina humana. Es imprescindible que
 haya política y políticos. Ellos pueden hacer un mundo mejor. Debemos 
animarles. El bienestar en España se lo debemos tanto a la derecha como a
 la izquierda. Se lo debemos a los políticos, no a la Iglesia, tampoco a
 las ONG.
“La verdad os hará libres”… hasta que a uno le quitan de en medio.
Sí, suele pasar en muchos sitios. La verdad duele y no la quiere nadie.
¿Qué cambiaría de la Constitución?
Uf, no lo sé… Si no me he puesto a pensar qué cambiaría del 
Derecho canónico, como para meterme en esto… Hombre, yo daría el voto a 
los niños. ¿Por qué no pueden votar?
¿En las elecciones?
Sí.
¿Lo dice en serio?
Claro, y haría mucho caso a lo que dijeran. Los niños tienen
 uso de razón. Si pueden ser castigados ante un tribunal de menores, 
también deberían poder votar.
¿Con qué edad?
A partir de los siete años. Acuérdate de las entrevistas que
 hicieron a los políticos en el programa de Ana Rosa. Qué razón tenían….
 Quizá se guíen más por el aspecto o por los equipos de fútbol a los que
 apoyan, pero deben votar. Parece que los políticos sólo gobiernan para 
los mayores, pero lo hacen para todos, de una manera especial para los 
niños. Ojalá llegue ese momento.
¿Es usted monárquico?
No, nadie es monárquico, pero soy un amante de los reyes 
porque he coincidido con ellos y los quiero. Los conozco desde don Juan 
hasta ahora. Son buenos embajadores de España.
De propina, ¿le gusta ir a los toros?
Me gusta la fiesta de los toros, pero me revuelve mucho la 
muerte del animal, miro hacia otro lado. Pero bueno, tampoco aguanto ver
 cómo matan a los conejos o las gallinas.