jueves, 31 de agosto de 2017

Mueren 11 civiles afganos tras ser utilizados como escudos humanos por los talibán AMADOR GUALLAR 31 ago. 2017 17:22







 
Hombres afganos se reúnen en la zona del ataque aéreo que se ha saldado con 11 bajas civiles y dos comandantes talibán muertos, en Logar, Afganistán AFP
Las fuerzas especiales afganas han matado a un comandante yihadista de la temida Conexión Haqqani que amenazaba a Kabul
La guerra en la provincia de Logar, a tan solo 80 kilómetros de la capital de Afganistán y donde los talibán controlan más del 50% del territorio, no es una batalla con grandes movimientos de tropas como sucede en Kunduz, al norte, o en Helmand, al sur del país. En Logar se combate a guerrillas yihadistas que, infiltradas entre la población, llevan años viviendo en la región. El peor tipo de escenario bélico para los civiles.
La infiltración yihadista ha llegado hasta la capital provincial, Puli Alam, donde, según el Ministerio de Defensa afgano, fuentes de la inteligencia de Kabul identificaron, hace unos días, a "un numeroso grupo de milicianos viviendo en un complejo a las afueras de la capital utilizando residencias de civiles para ocultarse", por lo que alertaron a los mandos de la OTAN y éstos han lanzado "un ataque aéreo sobre el complejo que ha matado a 11 civiles y a dos comandantes talibán, así como ha dejado heridos al menos a 16 terroristas", según ha explicado el gobernador provincial, Haleem Fedaye.
Por su parte, la Misión de la OTAN en Afganistán -Apoyo Decidido- rápidamente ha confirmado que "un ataque a las afueras de Puli Alam ha causado un número indeterminado de bajas civiles", por lo que la organización ha anunciado que lanzará una investigación para "esclarecer los motivos del incidente".
La utilización de civiles como escudos humanos es una táctica que los talibán han empleado en numerosas ocasiones. Si éstos mueren se convierten en mártires que luego utilizan para justificar su causa e impulsar el reclutamiento en las zonas rurales. Además, cada vez que el Gobierno afgano o las tropas internacionales realizan una operación en la que mueren inocentes -la última sucedió el pasado lunes en Herat, donde 16 civiles perecieron a consecuencia de un bombardeo del ejército afgano- , las protestas en la capital, normalmente encabezadas por el ex presidente afgano, Hamid Karzai, se hacen sentir por todo el país.
Por otro lado, la OTAN y el Gobierno afgano podrían estar vulnerando la Convención de Ginebra, cuyo Artículo 48 especifica, claramente, que "las fuerzas militares deben distinguir en todo momento entre civiles y combatientes". Sin embargo, el Artículo 51 de la misma indica que "los civiles no gozarán de protección total durante un conflicto si están involucrados directamente en las hostilidades". Algo a lo que la Administración del ex presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se acogió para justificar las bajas civiles en ese tipo de escenarios.
De hecho, fue el propio Obama quien, en 2009 y poco después de su elección como presidente, cambió la ley de comisiones militares -la cual rige, define y regula las leyes de guerra de las fuerzas armadas estadounidenses- para establecer el concepto de "civil beligerante". Desde entonces los soldados de Estados Unidos tienen permiso, según su criterio, para abatir a cualquier civil que consideren está "apoyando tácitamente a un régimen enemigo o una organización terrorista que ha sido establecida como un objetivo legal". Un cambio en la legislación que pasó desapercibido pero que, desde entonces, ha sido utilizado como justificación.

Abaten al temido mulá Qand, azote de Kabul

El Ministerio del Interior afgano ha anunciado la muerte del mulá Mawlavi Abdul Rahman, más conocido como mulá Qand, uno de los más temidos comandantes de la Conexión Haqqani -el grupo talibán con sede en Pakistán al que el Gobierno acusa de estar manejado por el servicio secreto de ese país, el ISI, por sus siglas en inglés-. El líder terrorista era uno de los principales comandantes del grupo que operaba en la provincia de Logar, desde donde presuntamente habría planeado varios de los ataques que los Haqqani han llevado a cabo en la capital afgana, la cual se encuentra a tan sólo 80 kilómetros.
"Una operación de las fuerzas especiales de la policía [conocidas como ANCOP] en las proximidades del distrito de Kharwar ha acabado con la vida y la amenaza del mulá Qand, quien ha perecido junto a 50 de sus combatientes", según han informado fuentes del ministerio, que han declinado indicar si ha habido bajas entre las tropas gubernamentales.
El Gobierno afgano hace años que andaba sobre la pista de este comandante que, además de poseer una gran fuerza armada, resultaba fundamental para la coordinación y la logística de las operaciones del grupo terrorista en Kabul, al que accedían a través de la frontera con Logar gracias a su ayuda.
Hoy por hoy, el Pentágono y la OTAN siguen considerando a la conexión Haqqani como la peor amenaza terrorista en Afganistán ya que "cuenta con el apoyo de fuerzas extranjeras", según declaró recientemente el presidente afgano, Ashraf Ghani, tras acusar a dicho grupo de estar detrás del peor ataque terrorista en la capital del país desde la invasión internacional en 2001, cuando, en junio pasado, un camión bomba explotó en la zona diplomática de Kabul matando a 150 personas e hiriendo a más de 600.

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