lunes, 29 de mayo de 2017
Cuando las campanas tañen a muerto y los antepasados te visitan. Mis antepasados vinieron a verme pero en estos tiempos malditos de aparatos que saetean el cuerpo y la mente provocaron que familiares vivos que no valen ni el aire que respiran se pusieran a gritar indignados, indignadas, porque aquello para sí lo querían, y toda aquella luz sorprendida de tal espectáculo huyó despavorida. Ahora los familiares ruines que para su casa son como en la pared orines, esperan a que yo tenga un hijo en las horribles condiciones y circunstancias en las que me han hecho vivir. Yo sólo espero la muerte para reunirme con ellos y avisarles para que no les pase lo que a mí, aunque como buen cristiano no debo ser hombre de poca fé mientras yo siga existiendo.
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