Es decir, dichos activos podrían estar vacíos o ser falsos, por lo que no tienen validez y el patrimonio del fondo se vería deteriorado.El saldo vivo de los bonos emitidos asciende a 75 millones de euros y los derechos de crédito procedentes de Finalter representan aproximadamente el 58% del total, por lo que si todos estuviesen afectados, las pérdidas podrían superar los 43 millones de euros.
Los inversores son principalmente institucionales y cualificados, según reconoce la sociedad de valores en la nota remitida ayer al MARF. Tanto Auriga como las autoridades competentes están investigando la situación, aunque desde el momento en el que se detectó la anomalía y se puso en conocimiento de los supervisores, la cotización del fondo se encuentra suspendida.
Desde la CNMV destacan precisamente la celeridad con la que se ha actuado en este caso y asegura que se están llevando a cabo todos los requerimientos de información necesarios para aclarar el origen y las causas de lo sucedido, determinar su impacto monetario en el fondo y los titulares de los bonos e identificar posibles responsabilidades que puedan derivarse de todo ello.
Intermoney también trató ayer de lanzar un mensaje de prudencia en la nota remitida al MARF, en la que anunciaba que ha suspendido las compras de derechos de crédito adicionales y que "llevará a cabo la acciones pertinentes [...] procediendo a reclamar, en su caso, la subsanación de dicha de situación, y, en su defecto, a exigir a quien corresponda las responsabilidades derivadas de esta situación".
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