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Jerusalén, 24 jul (EFE).- Israel recordó hoy que el agente de seguridad de su embajada en Ammán que mató ayer a dos personas tras ser apuñalado por un trabajador "tiene inmunidad diplomática" y envió esta tarde al jefe de la Inteligencia interior (Shin Bet), Nadav Argman, para mediar y lograr que sea repatriado.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, mantuvo previamente consultas con altos representantes de la seguridad israelí antes de mandar a Argman para negociar una solución después de que Jordania insistiera en interrogar al guardia israelí herido en la embajada.
"De acuerdo con la Convención de Viena, el agente de seguridad tiene inmunidad para ser investigado y encarcelado", señaló el Ministerio de Exteriores de Israel en un comunicado.
La nota asegura que el primer ministro israelí habló ayer con su embajador en Jordania, Eynat Schelein, y con el oficial de seguridad, cuya identidad no ha sido desvelada.
"El Ministerio de Exteriores y las autoridades de seguridad están trabajando con el Gobierno jordano a través de varios canales", para que su empleado regrese a Israel, asegura el escrito, que explica que el guardia de seguridad actuó en defensa propia.
Según la versión ofrecida por Exteriores, el agente fue atacado y herido leve con un destornillador por un trabajador que estaba trasladando muebles a una residencia de miembros de la legación, tras lo que le disparó y mató.
Los disparos hirieron también de gravedad al propietario del edificio, quien murió horas más tarde.
Jordania quiere interrogar al agente de seguridad, que está aún recuperándose de sus heridas en la legación oficial, pero Israel rechaza que sea investigado y ha decidido repatriar a todo el personal de la embajada por miedo a que el incidente lleve a revueltas e intentos de atacar el edificio.
Jordania rechaza permitir la salida del país del agente involucrado, lo que ha pospuesto la repatriación del resto de empleados.
El incidente sucede en un momento de especial tensión entre israelíes, palestinos y jordanos en torno a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén este, en cuyos accesos las autoridades israelíes han reforzado las medidas de seguridad con la instalación de arcos detectores de metales.
Las medidas de seguridad han desatado una ola de violencia que ha dejado en los últimos tres días cuatro palestinos muertos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en Jerusalén Este y Cisjordania, y tres israelíes de una misma familia, que fueron asesinados por un palestino en su casa de una colonia en territorio cisjordano ocupado.
Jordania, que tiene la custodia del lugar sagrado, ha exigido a Israel que retire las medidas de seguridad.
La Liga Árabe ha convocado una reunión urgente de ministros de Exteriores para el 27 de julio con objeto de abordar la escalada de violencia, y Jordania ha denunciado reiteradamente la actuación de las autoridades israelíes. EFE